El pasado Domingo 5 de Noviembre se llevó a cabo la final del Quilmes Tommy Gun Fest. La actividad contaba con la participación de las 15 bandas finalistas del certamen. Luego de un "vayven" de opciones de lugares para realizar el evento, se optó por la del Holyday Inn, en pleno parque Morazán (empezamos mal). Esto no permitía que la totalidad de la gente que llegó a apoyar a su banda preferida se concentrara en un solo espacio, sino que echaba vistazos esporádicos y llegaban cuando la banda en turno fuese la titular por la que asistieron. Luego del pasar y pasar de grupos, los miembros del "jurado" alternaban a placer el chance de poder tocar de 2 o 3 canciones, y para rematar la seguridad del lugar optaba por fumigar (si! fumigar con gas pimienta!) a cuanto se consideraba estaba "quebrantando" el orden de la actividad.
Hasta cuando tendremos que seguir exponiéndonos a estos fiascos organizados, aunque suene patético, pero así es, son montados en todos sus detalles con antelación. Desde que están siendo organizados, los responsables saben que todo está distribuido, saben quién ganó, quién quedó en x lugar, quién va a hablar mal, entre otros sin fines de variables previamente consideradas.
La escena rock nacional, en vez de levantarse de ese letargo comatoso en la que se encuentra, más bien se pudre con el pasar de los meses y de las "bandas" que toman el estandarte de representantes del género en cuestión. Muchos grupos no tienen la culpa de caer en lo cíclico de esta situación, existen muchos culpables, como además muchas víctimas de gran calidad que se han visto sumergidas en ese oleaje de "basura organizadora". Y claro está que dentro de esa lista nos encontramos nosotros si seguimos dándole cabida a eventos que sirven para fantochear a las cada vez más pútridas especies emergentes o resucitar a los que desde hace mucho creíamos muertos.
Ah, se me olvidaba... este es el grupo que ganó la competencia.
Juzgue usted, yo ya lo hice...
Hasta cuando tendremos que seguir exponiéndonos a estos fiascos organizados, aunque suene patético, pero así es, son montados en todos sus detalles con antelación. Desde que están siendo organizados, los responsables saben que todo está distribuido, saben quién ganó, quién quedó en x lugar, quién va a hablar mal, entre otros sin fines de variables previamente consideradas.
La escena rock nacional, en vez de levantarse de ese letargo comatoso en la que se encuentra, más bien se pudre con el pasar de los meses y de las "bandas" que toman el estandarte de representantes del género en cuestión. Muchos grupos no tienen la culpa de caer en lo cíclico de esta situación, existen muchos culpables, como además muchas víctimas de gran calidad que se han visto sumergidas en ese oleaje de "basura organizadora". Y claro está que dentro de esa lista nos encontramos nosotros si seguimos dándole cabida a eventos que sirven para fantochear a las cada vez más pútridas especies emergentes o resucitar a los que desde hace mucho creíamos muertos.
Ah, se me olvidaba... este es el grupo que ganó la competencia.
Juzgue usted, yo ya lo hice...